Una comitiva de la “División Infernal de Gauchos de Línea” que integran el Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña V, General Martín Miguel de Güemes, conformada por mujeres y varones formarán parte, desde mañana, junto a los Granaderos de la Casa Rosada de la Capital Federal, de la guardia de honor y custodia del Presidente de la Nación y los miembros del Poder Ejecutivo Nacional.
Además, la comitiva salteña también se apostaría en la Capilla Nuestra Señora de la Paz, ubicada en la Catedral Metropolitana, donde descansan los restos del general José de San Martín, para cumplir con su custodia.
Esto será en el marco de los actos conmemorativos por el 202 aniversario del paso a la inmortalidad del héroe nacional, Martín Miguel Güemes.
Esta será la tercera vez en que los Infernales representan a Salta en Buenos Aires, en ocasión del homenaje al General.
Historia de los Infernales
El regimiento nació el 12 de septiembre de 1815, con la denominación “División Infernal de Gauchos de Línea”. Si bien al principio fue presentado al poder central, era la de una unidad de caballería de línea, este cuerpo sería organizado como una unidad de dragones (infantería montada).
Ante la insuficiente cantidad de oficiales experimentados, Güemes procuró formarlos. Es así que incorporó jóvenes de aproximadamente 15 años de edad a sus divisiones de línea, con la intención de que fuesen instruidos por los oficiales de las mismas. Güemes creó, además, una Academia de Oficiales. Para ello formó un regimiento, el de Coraceros, bajo su mando directo con el grado de capitán.
Armamento
Los Infernales eran instruidos tanto en el uso de la lanza y sable (tácticas de caballería) como en la utilización del fusil y de la bayoneta (infantería). Ante la escasez de armas de fuego, los milicianos e incluso las tropas de línea debieron recurrir al uso de la lanza como arma principal. En un oficio se informa que una partida salía a cumplir una misión con “doscientos y más armados unos de fusil y el resto de lanza y sable”. Los infernales utilizaban cananas para las municiones.
Luego de la muerte de Martín Miguel de Güemes, la División Infernal de Gauchos de Línea se extingue, disolviéndose.
Pocos hicieron tanto con tan poco como los soldados anónimos de la División Infernal de Gauchos de Línea. En su corta vida, los Infernales libraron innumerables combates, convirtiéndose en verdaderos demonios para los enemigos de la libertad, trayendo para ellos el infierno a la Tierra, y dejando con sus hazañas una huella imborrable en nuestra historia como nación libre y soberana.