Con el ingreso de las imágenes del Señor y Virgen del Milagro a sus respectivos lugares en la Catedral tras el recorrido de la procesión, concluyo la festividad de los santos patronos de Salta. Con visible emoción cientos de fieles con los pañuelos blancos en alto despidieron la festividad hasta el año 2025.
En la celebración del pacto de fidelidad, monseñor Mario Antonio Cargnello, arzobispo de Salta, resaltó la libertad profunda de Jesús, quien no temía al poder político ni a las presiones sociales. Recordó que Cristo “enseñaba con fidelidad el camino de Dios sin tener en cuenta la condición de las personas”, un modelo de libertad que impresiona y desafía aún hoy. Cargnello subrayó que esta libertad, consumada en la cruz, es la fuente de autoridad que todos los cristianos deben seguir.
En un mensaje dirigido a los dirigentes políticos, Cargnello destacó que la autoridad “no es propiedad de nadie, sino un mandato que Dios concede por un tiempo”, y del cual los gobernantes deberán rendir cuentas. Llamó a los líderes a “no sobrecargar a los más pobres con decisiones injustas”, en medio de la creciente pobreza e inequidad social que abofetea al país. “La hora es difícil y graba sobre todo en los más pobres”, expresó, instando a los políticos a ser más solidarios y responsables.
El narcotráfico
El arzobispo hizo un llamado a la lucha contra el narcotráfico, una de las principales preocupaciones sociales, señalando que este flagelo “está destruyendo sin piedad a una generación de jóvenes”. También alertó sobre la violencia creciente, tanto física como verbal, que atenta contra la unidad familiar y social, especialmente en los sectores más vulnerables. “El flagelo de las drogas deshumaniza, destruye hogares y desgarra familias”, enfatizó.
Convivencia fraterna, no de enfrentamiento
Cargnello invitó a los fieles a vivir una auténtica fraternidad cristiana, basada en el desinterés por los bienes materiales y en la ayuda al prójimo. “Debemos apostar por cultivar relaciones sanas y respetuosas, que permitan un diálogo constructivo y fraterno”, instó, recordando que la convivencia civil y política debe fundamentarse en la amistad y la justicia, y no en el enfrentamiento.
Seguir el camino de Cristo
Con un mensaje centrado en la importancia de la solidaridad y la austeridad, el arzobispo pidió a los cristianos que no ostenten en medio del sufrimiento de los más necesitados. “No temamos perder algo de nuestra comodidad en favor de los más pobres”, expresó, subrayando que la humildad y el servicio son fundamentales para seguir el camino de Cristo.
Finalmente, Cargnello destacó la importancia de la Eucaristía como alimento espiritual para enfrentar los desafíos del presente, y como prenda de esperanza en la transformación del mundo. Llamó a todos los ciudadanos, especialmente a los jóvenes, a comprometerse en la construcción de un futuro basado en la fe y en el respeto a la dignidad humana.